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Valladolid, 1917. Hizo el bachillerato en Madrid y, en abril de 1936, formó parte del eqmpo español de hockey sobre grama que compitió en el campeonato de Berlín, previo a las Olimpíadas de 1936. Al regresar a España, fue a Cádiz,donde su padre había sido nombrado gobernador, y allí se en-contraba cuano estalló la guerra. Su padre fue fusilado por Franco y ella y su familia quedaron aislados en Medina Sidonia. Un año antes de acabar la guerra regresaron a Valladolid e hizo el servicio social obligatorio para obtener más tarde el pasaporte y poder salir de España, lo que realizó al final de la guerra. En Inglaterra tuvieron la acogida de muchos amigos ingleses, que les prestaban sus casas mientras estaban de vacaciones, a través del Comité de Ayuda a España. Hasta 1942 trabajó como recepcionista del mencionado comité y posteriormente, hizo traducciones para la BBC y el Ministerio de Información. Al llegar a Venezuela, en mayo de 1947, empezó a trabajar en el Departamento de Pasajeros de la compañía Alcoa de Navegación, como secretaria bilingüe, donde permaneció hasta 1956. De octubre de 1965 hasta marzo de 1966 asistió a un cursillo de voluntarias en programas de bienestar social y a otro sobre métodos y técnicas de educación de adultos, ambos dictados por FIPAN (Federación de Instituciones Pri- vadas de Asistencia al Nifto). A continuación colaboró en trabajos en los barrios, impartiendo clases de inglés y tejido en el Centro Comunal de Catia, en el barrio El Amparo y en el Centro Juvenil de la YMCA, así como en la escuela rural del Junko Country Club, urbanización donde vivía. En mayo de 1967 fue invitada, junto con un grupo de vo- luntarias de FIPAN, a Tennessee (EEUU), para intercambiar experien- cias bajo los auspicios del Programa Alianza para el Progreso del pre- sidente Kennedy. En septiembre fue invitada a Washington, en repre- sentación de las voluntarias de FIPAN, junto con la doctora Carola Ravel, directora del Departamento de Desarrollo de la Comunidad de Cordiplán, a una mesa redonda organizada por los compañeros de la Alianza para el Progreso y la Comisión Interamericana de Mujeres, para discutir la importancia de la participación de la mujer en las acti- vidades de desarrollo de las comunidades. Luego de una operación y un largo período de recuperación, trabajó como voluntaria en la Casa Hogar de Niñas Ciegas, dando clases de inglés a las invidentes, hasta su retiro en 1987.
“Esta información ha sido sacada del libro: Víctor Sanz, El exilio español en Venezuela, Vol. II. Ediciones de la Casa de España y del editor José Agustín Catalá. El centenario, Caracas, Venezuela, 1995”.
Más información en: http://www.deporteymujer.com/pura-zapico-la-gran-impulsora-del-balonmano/